La autoestima es la imagen, la consideración que se tiene de uno mismo. Suele mantenerse constante y es difícilmente modificable. La autovaloración, que está en la base de la autoestima, puede expresarse como sobrevaloración o como auto-desvalorización. Está dirigida a la necesidad de tener una buena autoimagen y una buena autoestima. La estima y la confianza en uno mismo parece depender de algo que tiene que ver con la imagen, esto es, con la apariencia y no sólo con la sustancia. Este aspecto es importante para la construcción de una autoconciencia. La autoestima está estrechamente ligada a la asertividad, motivación útil para la construcción de un sentimiento del yo. Esto sucede a través del sentimiento de la propia autoeficacia. Un sentimiento personal y una autoestima equilibrada son importantes para una serena autorrealización: la tendencia inherente de cada individuo a realizar completamente su propio potencial.
– Dimensión del ser, autopercepción (tamaño)
– Asertividad, incidencia ambiental (presión)
– Autoestima (fluidez)

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