Es indudable que la firma tiene dentro de la escritura un estatus completamente especial desde el punto de vista del estudio psicológico de la escritura. Cuando escribimos se activa el hemisferio izquierdo, cuando firmamos, sin embargo, al igual que cuando dibujamos, se activa el hemisferio derecho, que es el hemisferio de la creatividad. La firma es por ello especialmente creativa, la creamos y la hacemos como queremos, es más, la podemos modificar cuando queramos y no pasaría nada.